Orígenes de la ciudad
Según la mitología, Ostia fue fundada donde desembarcó
Enea, el padre de los latinos. La ciudad fue la primera colonia de Roma, fundada
por el cuarto rei de la ciudad, Ancus Martius, en el siglo VII antes de nuestra
era, en la desembocadura del Tibro.
Ostia corresponde a la primera expansión de Roma hacia el mar. Durante la República, la ciudad adquiere la importancia y la extensión que conservará durante el Imperio. Así, la pequeña ciudadela fortificada, Castrum, deviendrá una ciudad más importante asumiendo las funciones de una Urbs.
Ostia imperial
Al final de la República, Ostia era un centro animado, de carácter
comercial, con sus tabernas y modestos apartamentos populares, cerca de las
elegantes y opulentas domus con atrium y peristilo, numerosos templos
y con sus calles bien trazadas.
Bajo el Imperio de Augusto, la ciudad aumenta el numero de construcciones, transformándose en un centro desbordante de vida. A esta época corresponden el teatro con su gran plaza. Luego, con Tíber, se construye el primer forum y, delante del Capitolio republicano, el templo de mármol dedicado a Roma y a Augusto.
Para asumir su actual rol comercial, como originariamente asumió el de base naval, Claudio, en 42, inició los trabajos para ofrecer a la ciudad un puerto. que fue inaugurado en 54 por Nerón. Más adelante, entre el año 100 y el 106, Trajano tuvo que aumentar su tamaño debido a la importancia del comercio que en el se realizaba.
Decadencia
Se considera, que el fin de Ostia está debido a Constantino, primer emperador
cristiano, que habría le habría quitado sus derechos municipales
para dárselos a Porto, llamada Civitas Constantiniana y que tuvo un eveque
a partir de 314. Aun así, las escavaciones recientes revelan que Ostia
continuó teniendo en el siglo IV, no sólo una vida religiosa y
civil, sino también comercial.